“Volvimos a apostar por este amor… Esta es una hermosa segunda oportunidad” – GENTE Online
 

“Volvimos a apostar por este amor… Esta es una hermosa segunda oportunidad”

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La palabra es reconciliados. Ya lo estaban hace dos semanas, desde que decidieron darse una nueva oportunidad, con pocos testigos pero sin esconderse, después de un impasse que se les hizo largo a los dos. Duró poco más de dos meses, desde que se separaron, en noviembre, tras un noviazgo intenso que estuvo, desde el primer momento, bajo la mirada pública. “Fue una relación muy castigada y muy juzgada desde el principio. Yo me enamoré, me metí hasta la médula.

Fue doloroso y difícil estar en una relación que todo el tiempo estaba siendo juzgada”, confesó Guillermina Valdés (36) a GENTE en una exclusiva entrevista en Punta del Este, con el 2013 recién comenzado. Lo cierto es que nunca habían dejado de hablarse. Marcelo Tinelli (52) la llamó para Año Nuevo, por supuesto. Y pese a que se había convencido de que lo mejor era un verano tranquilo y bien cerca de sus hijos Micaela (24), Candelaria (22), Francisco (14) y Juanita (10), él extrañaba a la mujer que por primera vez en mucho tiempo lo había desestructurado al punto de querer presentarla ante los medios como su novia. Y se lo dijo.

Desde entonces, los mensajes fueron y vinieron sin pausa a un lado y al otro del Río de la Plata. Mientras ella, en Buenos Aires, pasaba los días entre sus hijos –Dante (13), Paloma (10) y Helena (7)–, las campañas como modelo y los últimos detalles para la apertura del showroom de su marca de zapatos y carteras, Valdez, que abrirá en sociedad con su amigo Fabián Paz el mes que viene, Marcelo le pedía que volara a Punta del Este y se instalara con él en Guanahani, su chacra en La Boyita. Habían fantaseado con una escapada juntos al refugio esteño de Marcelo desde que se conocieron, como dicen ellos sobre la noche de julio en la que –en grupo de amigos que oficiaron de celestinos– descubrieron que tenían onda. Pero nunca habían podido concretarlo. “El está loco de amor, la llamó todo el tiempo, no paró de insistir”, revelan por lo bajo los amigos de la pareja que siguieron el minuto a minuto de la historia entre el conductor número uno de la televisión argentina y la ex mujer de quien supo ser uno de los productores estrella de su consultora.

Aunque ella se negaba a viajar porque quería que pudieran madurar lo que les pasaba lejos de la exposición mediática –sobre todo en pos de poder seguir encaminando su relación con el padre de sus hijos, Sebastián Ortega (39)–, Guillermina también quería verlo. Cuando el vicepresidente de San Lorenzo tuvo que ir a Brasil por trabajo le propuso un reencuentro para no resistirse: “Pasame a buscar por Punta del Este y sigamos viaje a Brasil”, propuso. El archipiélago de Fernando de Noronha fue el paraíso elegido para la romántica escapada en la que hubo una promesa que sentó las bases del regreso. Un lugar ideal para pasar inadvertidos, a una hora de vuelo de Recife, la ciudad más cercana en el continente. “Es amor. Ahora vamos por todo”, les contaron a sus amigos al regresar de cinco días en que solos, ellos dos, entendieron que ya no querían estar separados. Aquello que los desunió en noviembre, “una manera distinta de pensar la pareja”, según contaba la propia Guillermina a GENTE sobre su historia con “el morocho”, como le gusta llamar a veces a Marcelo, quedó en el pasado. Hoy los dos están apostando a full por esta relación.

Leé la nota completa en la última edición de Gente.

Desde aquella primera comida con amigos en julio de 2012 –en la que sintieron que algo fuerte había pasado entre ellos– Marcelo y Guillermina fantaseaban con una escapada al refugio esteño del conductor. El viernes 8 –finalmente– llegaron a Punta en un vuelo privado, luego de unos días de romance en Brasil.

Desde aquella primera comida con amigos en julio de 2012 –en la que sintieron que algo fuerte había pasado entre ellos– Marcelo y Guillermina fantaseaban con una escapada al refugio esteño del conductor. El viernes 8 –finalmente– llegaron a Punta en un vuelo privado, luego de unos días de romance en Brasil.

Guille y Marce salieron poco de Guanahani, la chacra del conductor en La Boyita. El lunes, pasearon con la camioneta y la actriz Paula Kohan, íntima amiga de Valdés y quien ofició de celestina en aquel primer encuentro en el 2012, los acompañó. La pareja decidió no ocultarse de los fotógrafos, pero manteniendo el perfil bajo. “La nuestra fue una relación muy castigada y muy juzgada desde el principio”, dicen entre sus íntimos, y están decididos a cuidarla y a cuidarse.

Guille y Marce salieron poco de Guanahani, la chacra del conductor en La Boyita. El lunes, pasearon con la camioneta y la actriz Paula Kohan, íntima amiga de Valdés y quien ofició de celestina en aquel primer encuentro en el 2012, los acompañó. La pareja decidió no ocultarse de los fotógrafos, pero manteniendo el perfil bajo. “La nuestra fue una relación muy castigada y muy juzgada desde el principio”, dicen entre sus íntimos, y están decididos a cuidarla y a cuidarse.

Marcelo tuvo un fin de semana completo. Anduvo en cuatri, jugó a la paleta con su primo Luciano Tirri y fue anfitrión de Andrea Burstein, que celebró en la chacra de La Boyita sus cuarenta años. Por supuesto, en la fiesta estuvieron su marido, Federico Ribero, y Guillermina Valdés. Hubo mariachis, baile, mucha música (desde clásicos del rock a los hits de Agapornis) y hasta una especie de fogón en la playa al atardecer.

Marcelo tuvo un fin de semana completo. Anduvo en cuatri, jugó a la paleta con su primo Luciano Tirri y fue anfitrión de Andrea Burstein, que celebró en la chacra de La Boyita sus cuarenta años. Por supuesto, en la fiesta estuvieron su marido, Federico Ribero, y Guillermina Valdés. Hubo mariachis, baile, mucha música (desde clásicos del rock a los hits de Agapornis) y hasta una especie de fogón en la playa al atardecer.

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