«Tengo miles de fantasías pero a veces me da miedo cumplirlas» – GENTE Online
 

"Tengo miles de fantasías pero a veces me da miedo cumplirlas"

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Arana escuchó el comentario y miró al suelo incómodo. Estiraba y apretaba los
dedos de sus pies contra la goma de la ojota mientras pensaba la respuesta. De
golpe levantó la cabeza y clavó sus ojos azules, duros por única vez, en los
míos. Dijo con voz baja y tensa: "No comparto este tema ni con los medios ni con
la gente. Hay cosas que uno hace y son muy íntimas para mí, pero también para el
otro, entonces no sigo".

Le expliqué que era muy importante que la gente supiera que él -que alguna vez
estuvo enfermo de cáncer-, ahora se dedica a visitar a otros seres que padecen
el mismo infierno. Sólo los visita para acompañarlos, darles afecto y
esperanzas. No lo dudó al rematar: "Se subestima mucho a la gente. Mis amigos
saben que para mí un argentino no es un porteño con estrés. Los argentinos son
muy sensibles, vivan en La Quiaca o en Ushuaia".

-¿Usted es bueno o se hace? Insiste tanto en mostrarse agradable, accesible y
cariñoso.
-Teniendo en cuenta que elegí una profesión que me expone mucho, porque estoy a
la vista de mucha más gente de la que te podés imaginar, me tomo el esfuerzo de
hacer las cosas bien. No está mal mostrarme así.

-Pensé que esta postura provenía de la enseñanza que le había dejado su
enfermedad...
-Todos tenemos enseñanzas en la vida. Hay un montón de cosas que te hacen
aprender. Caricias y golpes. Lo importante no es qué golpe recibiste sino cómo
lo capitalizaste. Esa es la verdadera enseñanza.

-¿Es de los que cree que se aprende sufriendo?
-Se aprende viviendo y la vida tiene de todo. Al sufrimiento lo vivo
profundamente porque cuando viene el momento de disfrutar, lo hago al extremo.
Vivo hasta la última lágrima y río hasta que me duele la panza.

-¿Y qué cosas lo hacen disfrutar?
-La vida misma. Esto incluye todo: afecto, comida, sexo, música, y haber creído
que hoy iba a hacer frío y resulta que hay un sol tibio. Sacar el perro a
pasear, despertarme temprano y tener más tiempo para disfrutar. Pequeñas cosas
fáciles de encontrarles sabor. Eso es tener picardía.

-Es difícil imaginarlo pícaro, dándole esa vueltita simpática a las cosas.
-Me encantaría. Me tienta mucho que se enteren de lo pícaro que soy. Pero me
parece que eso no es ser pícaro, es ser bobo. Me río mucho con la vida misma y
ella conmigo. Nunca yo de ella ni ella de mí.

-Vayamos a un ejemplo.
-El otro día estaba parado delante del espejo y vi que tenía una arruga y eso
representa que ya soy un tipo de treinta y pico, y me dije: "Qué bueno, pude no
haberme visto de treinta y pico",
y ese es para mí un momento de picardía.

-Más que pícaro es un tipo maduro, se da cuenta de que a los treinta y pico
aparecen arrugas.
-Y me las gané. Las arrugas son un símbolo.

-Además le quedan bien.
-Otra cosa sería jugar a meterme a que soy otra persona y componer un súper
héroe que siempre será joven, eso mismo que hice en los primeros años de mi
vida.

-Esta vez le toca componer un personaje que tiene bastante de usted mismo. Un
cura redimiendo gente por los caminos.
-Entonces mi laburo está muy bien hecho.

-Además destruye corazones.
-Entonces mi laburo está bien hecho. Si podes imaginarme así...

-Entonces le gusta lo prohibido.
-¿Y a quién no le gusta vivir lo prohibido? No conozco una sola persona a la que
no le tiente lo prohibido, y si no, no habría cosas prohibidas.

-¿Qué le producen?
-Lo mismo que a todos. Vértigo, provocación, deseos...

-¿Y se zambulle ahí?
-¿Y por qué no? Si hay límite y es muy claro ese límite. Lo peligroso es cuando
cruzás el límite del respeto, del cuidado al otro... Cuando vivís mucho tiempo
cerca del límite, lo tenés muy claro. Hay gente con la que me miro una vez y ya
siento que me entiendo. A veces me pregunto: "¿Seré gente linda yo para ellos?"


-¿Y?
-A veces sí, a veces no. Para muchos mi límite es tibio y exagerado, pero no
reniego. La vida se trata de eso: sentarte frente a otro y escucharlo,
entenderlo, ver qué hace de su sensibilidad, de su vida, de su historia. Pienso
en vos que estás sentada escuchándome, gastando tu tiempo en entenderme.

-Este es mi trabajo. Yo no se si usted tiene ganas de estar contándome cosas.
-Es buenísimo que esto me lleve a aprender cosas nuevas, a estar receptivo;
estoy feliz.

-Entiendo que disfruta de cada momento.
-Sí, además conozco la vergüenza de irme a dormir sabiendo que no había hecho
todo lo que hubiera podido hacer ese día. He perdido semanas y meses sin hacer
nada.

-Pero la vida siempre da revancha. Nadie mejor que usted para decirlo.
-Totalmente. Pero también es cierto que a todos nos llega el día en que la vida
nos quita la oportunidad de seguir y no sabemos cuándo será. Cada día que pasa
es un día menos.

-Es muy duro eso...
-Yo lo vivo así por un sentido práctico. Es hora de decirnos: "¿Que tal si, ya
que estamos aquí, no nos ponemos a vivir?"
A darle a nuestra existencia alegría,
calentura y desesperación. Transitar cada momento en serio, levantarse cada
mañana y empezar a llenar de vida el día.

-Se anima a pensar que este día es el último que le toca vivir.
-No, no sería capaz. Todo lo que tendría que hacer sería....

-¿Y las consecuencias de ser un personaje público le gustan?
-Nombrame a una sola persona a la que no le guste todo eso... ¡Vamos!

-Estoy cansada de los galanes que se quejan de todo eso.
-Yo también estoy harto de algunas cosas que escucho, pero soy muy feliz cuando
la gente me para en la calle y me da amor. Cuando alguien me ve y me sonríe, yo
solo pienso: "Lo logré".

-¿Y las fantasías eróticas?
-Vos decís que yo provoco eso....

-No se haga el desentendido…
-Está buenísimo provocar ganas… de abrazarme, entre otras cosas... ¿Soy menos
actor por eso? ¡¿Qué preferís, que aparezca en cámara fumando y diciendo tres
insultos por cada cinco palabras y que tu hija adolescente esté viendo ese
perfil de hombre?! ¿O preferís una persona que hace un esfuerzo por no decir una
palabra de más o hiriente? Nosotros tuvimos picos de 21 puntos, eso significa
que estoy entrando en la vida de más de dos millones de personas… Hay que
cuidarse y eso no te hace menos canchero. Si hay alguien que piensa que lo otro
es más divertido, yo prefiero vivir más tranquilo.

-¿Y cómo hace para mantener el misterio?
-La vida tiene mucha magia pero ningún misterio.

-¿Y qué punto de contacto hay entre su cura y usted?
-Mi personaje es un idealista. En 1950 ya no quedaban bandidos rurales, eran
héroes nombrados por algunos y olvidados por otros. Es un personaje fuera de
tiempo, tiene puntos de contacto con todos los idealistas de todas las épocas.
Con pros y contras: por un lado, tengo el personaje más rico de la historia, por
otro, me resulta imposible mostrar la sabiduría que me gustaría con mis 31 años.
Tendría que tener 60. Me queda grande.

-¿Y qué va a hacer con el erotismo que despierta este hombre?
-Asumirlo sin faltar el respeto a la Iglesia. Todos saben que este cura,
cometiendo pecados, es un actor que, de repente, siente el poder de la confesión
de cosas que no le contarían jamás a nadie. Se enamora hasta el límite de la
seducción y el erotismo. Mi desafío es contar la historia y ratonear. Mi
responsabilidad es hacer lo que esté a mi alcance para provocar una estampida de
fantasías y ratones. Me pone muy contento no tener contradicciones con este
tema.

-¿Y en lo personal, cuál es su nivel de fantasías?
-Tengo miles, como todo el mundo, y pobre del que no las tenga.

-¿Y las cumple?
-No. A veces me da miedo cumplirlas por temor a la desilusión: hacerlas realidad
y que no coincidan con lo soñado. Prefiero vivir con la duda, seguir
fantaseando…

por Teresa Ferrari
fotos: Santiago Turienzo. Asistente: Gustavo Sancricca
producción: Gabriela Díaz. Maquilló: Graciela Mabromata
agradecemos a Levi's y Restaurante Molière

Es el protagonista de <i>Padre Coraje</i>, la tira que alcanza picos de 21 puntos de rating y despierta el deseo de las argentinas. En la vida real, Facundo Arana se propone ser íntegro y único: insiste en amar a una sola mujer a sabiendas de que desvela los sueños de muchas otras.

Es el protagonista de Padre Coraje, la tira que alcanza picos de 21 puntos de rating y despierta el deseo de las argentinas. En la vida real, Facundo Arana se propone ser íntegro y único: insiste en amar a una sola mujer a sabiendas de que desvela los sueños de muchas otras.

¿Que tal si, ya que estamos en este mundo, no nos ponemos a vivir, a darle a nuestra existencia alegría, calentura y desesperación?".">

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