“Si no cambia de vida, las consecuencias serán irreversibles” – GENTE Online
 

“Si no cambia de vida, las consecuencias serán irreversibles”

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Este sábado, el último de marzo, el doctor Alfredo Cahe abandona el Sanatorio Güemes por la puerta de servicio. La idea es eludir la guardia periodística que se aposta desde hace cuatro días sobre la entrada principal. Camina unos setenta metros y elige un bar de esos que conservan algunas mesas de fórmica, sobre la avenida Córdoba. “Diego venía muy bien, pero comenzó a viajar por todo el mundo para cumplir ciertos contratos futbolísticos del ‘bendito’ showbol. Allí empezó a alterar su orden alimentario y a hacer dos cosas que hasta entonces no hacía, como fumar habanos en cantidades no comunes, y beber mucho, algo a lo que no estaba acostumbrado. Lo que complicó el cuadro fue la suma de factores”, explica Cahe, y busca aclarar las razones por las que Diego Armando Maradona (46) fue internado el miércoles 28 de marzo. “Había que evitar un desenlace fatal”, completa. El doctor entiende que el Diez “tiene dos enemigos: el primero es su propio entorno, y el segundo, el peso de la fama. Diego vive en una jaula de oro. A veces, la presión de la gente es asfixiante”, explica.

Cahe sólo interrumpe su relato para pedir un americano cortado. Así continúa detallando los últimos dos meses de Maradona: “Intentamos hacer un reordenamiento. Se mudó a una quinta, para llevar una vida más tranquila, pero no lo logró. Llegó a un punto de exceso en el que consideré que estaba en un nivel patológico. Si continuaba con esa vida, las consecuencias podían ser irreversibles”. Después aclara que Diego no volvió a consumir cocaína, que permanecerá sedado por unos días y que los problemas más graves son desde el punto de vista hepático.

–Algunos medios dicen: “Si Maradona no para, se muere”. ¿Es sólo un título para vender?
–Hay algo determinante: él no puede continuar con esta vida, porque los desequilibrios fueron importantes. No puedo decir que existiría una muerte inmediata. Pero considero que en este ritmo llegaría a grados de enfermedad avanzados.

–¿De continuar con esta vida, Diego estaría cerca de la cirrosis o del hígado graso?
–Eso es correcto. Si continúa con esa vida, efectivamente vamos mal. Así vamos a un terreno de alteraciones hepáticas tremendamente severas. Las estamos evaluando, y aún no conocemos exactamente el compromiso real del hígado. Algunos niveles de enzimas están alterados.

–La gente se pregunta por qué subió tanto de peso después de la operación de by pass gástrico…
–El by pass gástrico cumple una función, pero no es mágico. Vos tenés que seguir con un protocolo de alimentación. De cualquier manera, el tan comentado aumento de peso no fue trágico. Son sólo cuatro kilos que, debido a su contextura física, se notan mucho. Para la gente que tiene el by pass gástrico es necesario comer sano y fraccionado, y respetar un protocolo para toda la vida. Hasta hace dos meses estaba todo controlado.

–¿Cuando Maradona reciba el alta tienen pensado continuar la terapia en Suiza?
–Primero quiero salir de esta etapa. Después, vamos a consensuarlo con Diego, como lo hicimos siempre. Me gustaría separarlo de este ambiente y llevarlo a Suiza. ¿Por qué? Porque allí existe una infraestructura adecuada, con clínicas que tienen funcionamiento de spa, y amigos médicos comunes que se han ido a vivir de Italia a Suiza. Sería ideal.

–Hace unos días, usted disparó: “El peor enemigo de Diego es el entorno”. ¿Por qué, o por quién, lo dijo? ¿Piensa que se rodeó mal?
–Maradona no busca el entorno. El entorno anormal existe y va a cualquier parte del mundo. Si salimos de la Argentina y vamos a Italia, se va a presentar otro entorno. Son personas que se acercan para estar a la sombra del famoso y sacarle algún provecho.

–¿Cómo fue el momento en que decidió internarlo?
–Es un tema bastante privado. Yo le consulté varias veces para internarlo, pero él se negaba: nunca quiere internarse. Pero la situación lo ameritaba y las consecuencias podrían haber sido graves si no lo hacíamos. Para ser claros, digamos que él no estaba de acuerdo. Por eso, cuando encontré el momento adecuado lo inyecté, lo sedé y lo traje dormido. Había que salvarle la vida.

–¿Cómo va a reaccionar Maradona después de una internación por la fuerza?
–Sé que se va a enojar y me lo va a recriminar durante muchísimo tiempo. Pero nuestra relación supera la de médico-paciente. Eso sí, siempre manteniendo la distancia médica. La amistad y la medicina son incompatibles, y cuando uno maneja una personalidad como la de Diego Maradona, no debe tener soberbia. Muchos médicos fracasan por esa cuestión. Por eso, siempre consulto a colegas que puedan ver algunas cuestiones con más claridad que yo.

–Diego no acepta los tratamientos con psicólogos. ¿Se está privando de algo fundamental para su evolución?
–Yo no sé si es fundamental, porque la psicología es abstracta. El nunca aceptó el diván de la manera convencional. No es el clásico psicoanálisis el que le interesa, sino el de la conversación personal. A Maradona hay que conocerlo en chancletas, con los cortos, tomando mate y comiendo bizcochitos. Es un diván abierto, que no para de decir cosas interesantes. Uno aprende mucho, porque es una persona muy inteligente, con una memoria increíble y una intuición poco común. Una vez Jorge Valdano dijo: “Diego tiene una personalidad magnética”, y es así.

–¿Alguna vez sintió que la conducta de Diego era irreversible y quiso dar un paso al costado?
–Muchos compañeros me lo han dicho. ¿Pero si vos atendiste a un paciente por 30 años, lo abandonarías en una situación crítica? No me perdonaría que le pasara algo. Yo creo que nací con Diego y voy a morir con él. Es importante que haga las cosas de la forma más científica y más idónea.

–Doctor, ¿no le tembló el pulso antes de internarlo?
–Todo el mundo habla, pero nadie se atreve a tratarlo, por todo lo que significa su nombre. Fijáte que muchas clínicas no lo aceptan: no es lo mismo que se te muera Diego Armando Maradona que un anónimo. Es una carga inconsciente, pero es así. Es un paciente a quien, en mi experiencia, todos le temen. Había que salvarle la vida. Por eso comenzamos con esta etapa.

Maradona en su último partido de showbol en Guatemala. Cahe dice que si no cambia de vida puede llegar el fin: hoy tiene su hígado muy comprometido. Y asegura que Diego tiene dos enemigos: “<i>Su entorno y el peso de la fama</i>”.

Maradona en su último partido de showbol en Guatemala. Cahe dice que si no cambia de vida puede llegar el fin: hoy tiene su hígado muy comprometido. Y asegura que Diego tiene dos enemigos: “Su entorno y el peso de la fama”.

El jeuves 22 de marzo, Maradona fue a la cancha de  Vélez para ver el partido que Boca le ganó a Toluca tres a cero. Al igual que en sus últimas visitas a la Bombonera, se lo vio eufórico.

El jeuves 22 de marzo, Maradona fue a la cancha de Vélez para ver el partido que Boca le ganó a Toluca tres a cero. Al igual que en sus últimas visitas a la Bombonera, se lo vio eufórico.

Con la pelota, en su último partido de showbol en Guatemala. Por culpa de los viajes al exterior comenzó a desordenar su alimentación", dijo su médico personal. ">

Con la pelota, en su último partido de showbol en Guatemala. "Por culpa de los viajes al exterior comenzó a desordenar su alimentación", dijo su médico personal.

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