Después de ser reconocida en Argentina con un Martín Fierro por El maestro se instaló en Madrid y trabajó en la tercera temporada de Las chicas del cable. Más tarde viajó a México para ponerse en la piel de Eva Perón. En los últimos meses filmó Rifkin’s festival, la última comedia del director de Hannah y sus hermanas y, bajo la dirección de Juan José Campanella hace teatro en la capital española.
El 6 de septiembre cumplió 34 años y 14 de carrera actoral. Luz Cipriota tiene cinco representantes, 600 mil seguidores en Instagram, es simpatizante de River, su signo es Virgo y Búfalo en el Horóscopo Chino y su situación sentimental actual es soltera –recientemente separada del actor y modelo español Andrés Velencoso, tema del que prefiere no hablar–. Fue alumna 10, abanderada durante preescolar, primaria y secundaria, y se inició como modelo “por accidente”. Actuaba con su grupo de gimnasia rítmica en el escenario de Espacio Darwin cuando la descubrió Pancho Dotto. En pos de su sueño actoral, no duda un segundo en cambiar de estilos, cortes de pelo o perfeccionarse en una disciplina nueva para estar a la altura del guion. Por eso no tuvo problemas en raparse y hacerse una cresta punk cuando encarnó a Althea Morale para 2091 (FOX), ni teñirlo de colores, o perfeccionarse en la fonética inglesa, italiana y portuguesa para jugar diferentes papeles, como el de Isabella Puccini en Terra Ribellle 2 (RAI), el de Valeria Casini para Las chicas del cable (Netflix) y el de Eva Perón en Rubirosa (Claro Video).
–¿Cuándo y por qué decidiste instalarte en Madrid?
–Apenas terminé El maestro (eltrece) me había salido el pasaporte europeo y tenía ganas de venir a probar suerte acá. No conocía, pero ya estaban empezando a hacer ruido las series españolas. Entonces me hice un viaje para conocer Europa… Cuando llegué a Madrid me enamoré de esta ciudad. Y al hacer Las chicas del cable decidí instalarme definitivamente.
–¿Cómo es un día en tu vida?
–Empezar de cero en otro lugar fue un gran desafío para mi carrera y mi vida, pero soy muy inquieta y me gusta lanzarme a probar cosas nuevas. Recién ahora que estrené la obra teatral Parque Lezama, bajo la dirección de Juan José Campanella, tengo una rutina más organizada.
–¿Cómo recibiste la noticia de que Woody Allen te quería para su película?
–Hice un casting con un montón de actrices españolas y me eligieron a mí. Cuando me avisaron que había quedado sentí una alegría enorme. Aunque es una participación muy pequeña, sentí que estaba cumpliendo un sueño.
–¿Cómo es tu papel?
–Tuve que firmar un contrato de confidencialidad y no puedo revelar mucho. La verdad, te puedo decir que fue una gran experiencia filmar en San Sebastián Rifkin’s festival. La película cuenta en tono de comedia
–Sos una actriz camaleónica. ¿Como repercute eso en tu cuerpo?
–Tengo un pasado de gimnasta que me ayuda muchísimo, y elijo personajes que me exigen físicamente, ya sea aprendiendo patinaje artistico o ballet, como en El maestro, donde tuve que adelgazar más de 15 kilos, o engordar 20 para 2091 (la serie de FOX). A veces es difícil verse al espejo tan distinta, pero también me ayuda a la hora de componer. Soy actriz por la curiosidad que tengo de vivir muchas vidas y de meterme en muchos mundos al mismo tiempo.
–¿Te costó ponerte en la piel de Eva Perón?
–Creo que es un rol que todas las actrices argentinas alguna vez deseamos hacer. La responsabilidad que significa es enorme y tiene una carga histórica e ideológica muy fuerte. Traté de encarnarla sin defenderla ni juzgarla. Así fue como la quise mostrar yo: la que se verá es mi versión. No la van a amar ni a odiar. Esa ficción narra la historia de Porfirio Rubirosa Ariza, un célebre playboy que fue diplomático y espía del dictador dominicano Trujillo. Tuvo relaciones con numerosas estrellas de Hollywood, y con el mío tendrá un apasionado romance.
–Ahora estás haciendo Parque Lezama… ¿Qué te atrapó de la historia?
–Volver a trabajar con Juan (Campanella). Ya lo había hecho en El cuento de las comadrejas, y fue una experiencia hermosa filmar con él y con Brandoni. Lo mejor fue que los productores decidieron instalar Parque Lezama en Madrid por una temporada larga, que se extenderá hasta mediados de enero de 2020. Además, miro a mis compañeros y no pueden más de talentosos. Es un desafío real subirme todas las noches al escenario con ellos.
–¿Qué cosas extrañás de Buenos Aires?
–Lo que más me cuesta de vivir afuera es estar separada de mi familia. Yo tengo muchos hermanos, sobrinos y amigos, con los que mantengo un vínculo muy cercano. Cuando termino de hablar con ellos por Skype me replanteo si hago bien en estar tan lejos… Pero estoy haciendo mi camino y las cosas que me gustan; entonces, vale la pena arriesgar. Y cuando tengo un hueco voy a visitarlos. n
Fotos: Guille Sola Diagramación: Gisela Fridman
Stylist: Ana Capel
Looks: Anelle Studio.
Makeup y pelo: Pedro Cerdeño.
