“Esto es más que el sueño que soñamos de chicas” – GENTE Online
 

“Esto es más que el sueño que soñamos de chicas”

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GENTE número 2183, 22 de mayo de 2007.

–…¿Acaso no le llueven ofertas?... ¿Existen primicias, anuncios concretos?
Natalia: Firme, uno. Tipo septiembre voy a lanzar con mi hermana una línea de prendas femeninas. Tres estilos: bohemia, clásica y pin up, mi onda. Ambas estudiábamos Corte y Confección cuando yo tenía 12 años. Si iba a una fiesta, ella me ayudaba a mutar cortinas viejas en vestidos estrafalarios. Nos juramos que cuando creciéramos fundaríamos una marca. Se recibió de diseñadora en 2006 y le propuse cumplir el anhelo. Pusimos un tallercito de seis personas en Chacarita. El local lo vamos a abrir en Palermo, cerca de casa. No puedo adelantar el nombre. Natalia Oreiro seguro que no.

–Fácil. ¿Las Oreiro S.A.?
–Eh, soy muda. No lo tomo como un negocio. Es una manera de acercarme a mi familia.
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Pueden pasar, muchachos Ya terminamos de limpiar”, se disculpa por el atraso una acalorada y gentil Adriana (34). Lógico, es lunes 8 de octubre, el viernes 5 participó del cóctel inaugural, el sábado y domingo lo de Las Oreiro no paró de trabajar, y desde hace hora y cuarto organiza cada sector para que las fotos salgan prolijas. Organiza Adri y organiza su famosa hermana, Nati (30), claro, que de pronto surge de la puerta trasera, inmersa en un jean y un chaleco verde, saluda, nos ruega que esperemos unos segundos a que la alfombra seque antes de tomar las imágenes, insinúa el ángulo perfecto para apuntarle al majestuoso probador, se disculpa por el apuro e intenta partir, no sin antes escuchar un par de preguntas:

–¿Todo lo que vemos alrededor es el sueño que soñaron juntas?
Ambas
:...
Natalia: Dormimos poco la semana antes de abrir, pero valió la pena.
Adriana: Aparte, muestra el sello de las dos.
Natalia: Clásico, el de Adri.
Adriana: Trash, el de Nati. Nos maravilló redescubrir aquella afinidad que compartíamos de niñas. Al momento de planear los bocetos, una iniciaba equis idea y la otra la redondeaba de inmediato. “¿Por qué nos atraerán las mismas cosas?”, nos repetíamos asombradas. También aprendimos a ceder.

–Y a la hora de los detalles, ¿cuál pecaba de más puntillosa?
Natalia
: ¡Adriana!
Adriana: ¡Natalia!
Natalia: ¿Notaste que nos complementamos bárbaro?... Te dejo en las mejores manos. Nadie como mi hermana para hablarte de nuestro gran objetivo convertido en realidad –saluda y se despide.

A continuación, y muy a su pesar (“No me agrada nada aparecer”, se disculpará: a la inauguración llegó después de que se retiraron las cámaras de televisión), Adri explicará que el deseo comenzó a consumarse por iniciativa de Nati. “Me llamó a México. Yo residía allí desde noviembre de 2000 –relata–. ‘¿Lo hacemos de una buena vez, hermanita?’. ‘Okay, lo hacemos de una buena vez, hermanita’, nos desafiamos. Y en febrero de 2006 me vine para arrancar de a poco, mientras mi marido, Sergio (34, creativo publicitario), iba a Distrito Federal y volvía acá para ayudarme. En el ínterin, el 15 de diciembre, nació nuestra Mia (10 meses), ahijada de Natalia y primer Oreiro argentino. Durante febrero de 2007 empezamos a diseñar la ropa y en junio, a reacomodar y ambientar el sitio, transformando cierto antiguo restaurante en lo que observan…”. Una construcción de 300 metros cuadrados, de los 210 abiertos al público profusos en rojos y blancos, con toques en amarillo, verde, negro, retratos en cantidad, perchas negras, maniquíes (alguno demasiado abundante en busto), alfombras de tonos pastel y animal print, y luces dicroicas. “… Costó un enorme esfuerzo”, subraya quien se guarda en el anecdotario de recuerdos cercanos la madrugada en que junto a Nati se quedó pintando las macetas a mano, la paciencia de su marido, “que casi no me encontraba nunca”, y la de Ricardo Mollo, que no sólo se encargó de la distribución musical (suena jazz y música retro en el ambiente), sino que también acompañaba a Natalia en la búsqueda de antigüedades, transportaba mercadería y clavaba a martillo cuando se necesitaba. Tampoco olvidará los viajes a Brasil (el país donde encontraron en abundancia los colores vivos que pretendían), para convencer a los potenciales proveedores de que en lugar de despacharles sus acostumbrados carreteles de tela de 800 metros, aceptaran venderles de a 30 metros: “Ocurre que preferimos opciones originales, no superar las 20 o 30 unidades por diseño”, recalca orgullosa la rubia uruguaya, informando que entre tapados, vestidos de día y noche, remeras, camisas, pantalones y ropa interior, su colección trepa a los 120 modelos. Al margen de la docena de carteras que “crearon” a medias con el ahora colega Julio Toledo, “y de los exquisitos bombones que ofrecemos”, trata de cerrar la hija de Mabel (56) y Carlos (58).

–¿No nos va a decir que además combinaron el gusto de las dos en chocolates?
Adriana:
Obvio. Los florales le encantan a Nati, y los frutales, a mí.

–Entonces, ¿por qué dudaron cuando les consultamos si lo que vemos alrededor era el sueño que soñaron juntas…?
–Porque, la verdad, esto es más que el sueño que soñamos.

Como ayer (las fotos datan de los 7 años de Adriana y los 4 de Natalia) y como siempre (el viernes, durante el lanzamiento de su marca), las uruguayas apuestan fuerte a su amor y a la familia. “<i>Nos debíamos el placer de convertirnos en socias</i>”, confiesan.

Como ayer (las fotos datan de los 7 años de Adriana y los 4 de Natalia) y como siempre (el viernes, durante el lanzamiento de su marca), las uruguayas apuestan fuerte a su amor y a la familia. “Nos debíamos el placer de convertirnos en socias”, confiesan.

Sin descanso. “<i>Los días previos casi no dormí</i>”, afirma Nati, que en medio de la cuenta regresiva se esguinzó. ¿El objetivo? Llegar al 5 de octubre con cada detalle resuelto. Y así sucedió. Mabel y Carlos, los padres, acercaban mate, ánimo y sugerencias. A la hora señalada, 19:30, su negocio de Nicaragua 4780 brillaba de arriba abajo. El sábado, los vendedores no pararon de recibir clientes ni de registrar pedidos en el 4834-6161.

Sin descanso. “Los días previos casi no dormí”, afirma Nati, que en medio de la cuenta regresiva se esguinzó. ¿El objetivo? Llegar al 5 de octubre con cada detalle resuelto. Y así sucedió. Mabel y Carlos, los padres, acercaban mate, ánimo y sugerencias. A la hora señalada, 19:30, su negocio de Nicaragua 4780 brillaba de arriba abajo. El sábado, los vendedores no pararon de recibir clientes ni de registrar pedidos en el 4834-6161.

Durante el cóctel se sirvieron conitos de frutas secas, sushi y champaña y la anfitriona recibió a los invitados.

Durante el cóctel se sirvieron conitos de frutas secas, sushi y champaña y la anfitriona recibió a los invitados.

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